Este proyecto contribuye a la consecución del ODS:
3.4 Para 2030, reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención y el tratamiento y promover la salud mental y el bienestar
La salud mental también importa
En 2024, Fundación Familias Unidas, con el apoyo del Ayuntamiento de Zaragoza y la participación de la Cooperativa Multifuncional Salud para Todos, ejecutamos un proyecto de atención sanitaria en comunidades rurales de Estelí, Nicaragua. La intervención tuvo un enfoque integral y una de sus grandes apuestas fue abordar la salud mental, un tema históricamente invisibilizado, especialmente en contextos rurales y de post pandemia.
La crisis sanitaria del COVID-19 dejó heridas profundas. El aislamiento, el miedo al contagio, la pérdida de seres queridos y la desinformación impactaron directamente en la estabilidad emocional de muchas personas. Por eso, decidimos incluir en las Brigadas Móviles de Salud una serie de charlas educativas sobre autoestima, comunicación asertiva, afectividad, gestión emocional, ansiedad, depresión y duelo. Más que impartir teoría, buscamos abrir espacios donde la gente pudiera hablar de lo que sentía y aprender que también es válido pedir ayuda.
Fue revelador ver cómo muchas personas, al compartir sus vivencias, se daban cuenta de que lo que llevaban tiempo sintiendo tenía nombre y tratamiento. Que no era “debilidad”, sino salud. Que no estaban solos ni locos. Que hablar sana. A menudo, los equipos de salud se centran en lo físico, en recetar medicamentos, sin prestar atención a lo emocional. Este proyecto nos recordó algo esencial: escuchar también cura.
Para el equipo sanitario fue un reto y a la vez un aprendizaje. Se enfrentaron a nuevas metodologías, a refrescar contenidos que no siempre venían aplicando y, sobre todo, a implicarse desde lo humano. Porque si algo quedó claro es que no hay salud sin salud mental.
Gracias a este proyecto muchas personas han empezado a derribar tabúes, a ver la salud mental como parte de su bienestar integral. Y eso, en sí mismo, ya es un logro enorme. Logramos no sólo acercar la atención sanitaria a zonas sin acceso, sino también cambiar miradas y abrir caminos hacia una atención más empática, más humana y más completa.
Hablar de salud mental en las comunidades rurales de Estelí ha dejado de ser un tema vergonzoso y se ha convertido en una necesidad compartida. Y lo más importante: muchas personas han aprendido que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía.
Desde Fundación Familias Unidas agradecemos profundamente el apoyo del Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza para hacer realidad este proyecto.