El apoyo empresarial se ha complementado con un proceso formativo de alfabetización básica que ha durado 6 meses con un total de 72 horas lectivas. Del grupo de beneficiarias, 19 mujeres no tenían ningún grado de formación académica, no sabían leer ni escribir, y 26 mujeres no habían continuado sus estudios de educación primaria o secundaria. Al finalizar el curso, las del primer nivel han aprendido a leer y escribir en grado de etapa inicial y se ha logrado que sepan realizar operaciones fundamentales escritas con las cuales pueden llevar un registro numérico de sus negocios. Además, se consiguió que el Ministerio de Educación de Nicaragua convalidará esta formación y al finalizarla se hizo entrega del diploma oficial de alfabetizadas. Las del segundo nivel han adquirido habilidades de escritura más rápida, han mejorado el nivel de comprensión lectora y de análisis interpretativo y son capaces de aplicar operaciones numéricas en procesos diarios que regulan la economía del hogar, como establecer márgenes de ganancia.

Además de la formación académica, durante las sesiones se realizaron dinámicas de socialización que contribuyeron a fortalecer el sentimiento de grupo y a compartir experiencias relacionadas con sus negocios y su vida diaria.

Nos queda la satisfacción de haber apoyado a estas microempresarias para hacer más eficientes su negocio, transformando sus condiciones de trabajo y logrando motivarlas e involucrándolas en su propio crecimiento y desarrollo, tanto empresarial como personal. Y no solo por una cuestión de justicia social
para que se les reconozca como personas económicamente activas y útiles para la economía local, que también, sino porque han demostrado que son tan capaces como cualquier otro colectivo de aprovechar una oportunidad como ha sido este proyecto y alcanzar unas metas que para muchos eran inimaginables. Ahora se identifican como mujeres emprendedoras, que buscan oportunidades para potenciar sus negocios.