COMEDORES ESCOLARES EN COLOMBIA
Comedores escolares en Colombia

El proyecto de comedores escolares, financiado por Fundación Familias Unidas y Fe y Alegría en el sur de Bogotá, es asumido por el Departamento de Bienestar  Social colombiano.

Uno de los grandes logros que puede alcanzar una ONG de cooperación al desarrollo es el de volverse prescindible. Generalmente esto se consigue cuando, fruto de los resultados de nuestros proyectos solidarios, se consigue satisfacer las necesidades que originaron nuestra intervención.

Pero hay otra fórmula menos común pero muy importante por todo lo que conlleva, y es cuando fruto de nuestra presencia, trabajo y presión una administración pública asume la gestión del proyecto en cuestión.

Esto es lo que ha ocurrido con el proyecto de comedores escolares que Familias Unidas y Fe y Alegría han estado apoyando desde 1998 en la zona sur de Bogotá. Este proyecto ha sido de gran impacto pues se trata de barrios periféricos poblados por familias de escasos recursos cuyos hijos presentaban dos carencias muy básicas: gran incidencia de problemas relacionados con una mala nutrición y un elevado índice de abandono escolar.

Los 5 comedores que han estado funcionando y que benefician a más de 2.000 niños y niñas, han sido fundamentales para resolver ambos problemas. Desde estos comedores se ha llevado a cabo un trabajo de seguimiento nutricional para detectar casos importantes de desnutrición. Por otro, los comedores han demostrado ser una herramienta efectiva para conseguir retener los alumnos/as en los centros escolares.

Hasta el momento, su sostenimiento ha sido asumido por Familias Unidas y Fe y Alegría, principalmente, así como por otras ayudas puntuales que se han ido consiguiendo. No siempre ha sido fácil su financiación pero con el esfuerzo de todos se han podido mantener.

Finalmente, y tras muchas y arduas gestiones con el gobierno colombiano, se ha conseguido que el Departamento de Bienestar Social asuma íntegramente el coste de estos comedores. Con ello no sólo se ha conseguido garantizar la continuidad del proyecto, también se contribuye a normalizar la vida pública del país: que sean las propias administraciones locales quienes asuman la gestión de estos servicios sociales básicos y no se apoyen en las ONGs para que cubran sus carencias.

En estos momentos, Familias Unidas y Fe y Alegría tenemos abierto un espacio de diálogo para ver que nuevos proyectos podemos afrontar conjuntamente, pues en la voluntad de ambos está continuar atendiendo a la población