El acceso al agua potable favorece la salud, la educación, la igualdad de género y el empleo. El agua potable es un derecho humano fundamental porque influye en todos los aspectos de nuestra vida, por ello debemos trabajar para que su cobertura sea universal..

En los barrios Ponce, La Mina, Nueva Esperanza y Peña Gómez, ubicados en el sector de Guaricano de Santo Domingo, sus habitantes tenían que abastecerse de agua comprándola a los “camioncitos” (camiones cisterna) que la vendían de forma ambulante.

En 2010 la Fundación Familias Unidas en cooperación con la Asociación de Ayuda a las Familias, ADAF, tuvieron la iniciativa de proveer de agua potable a estos barrios.

Con la instalación de 5 pozos y redes de distribución para el abastecimiento de agua a la comunidad, los barrios tienen “otra cara”. Elena Brito, responsable de salud de ADAF lo explica en la siguiente declaración: “Las personas tienen un mayor acceso al recurso más usado por los seres humanos, lo que ha permitido un cambio en la forma de vida, en la forma de aseo personal y en el aspecto del medio ambiente. Ya no se observan largas filas esperando para llenar una cubeta de agua. Podemos notar que actualmente los barrios tienen una vida más sana y un aspecto más higiénico”.

Por otra parte, es incuestionable el beneficio que han obtenido las mujeres con la potabilización del agua. El tiempo que dedicaban buscando agua en lugares muy distantes, ahora lo dedican a otros menesteres como la crianza de sus hijos, tareas domésticas o labores remuneradas. Como dice una beneficiaria: “la vida se me ha simplificado”. Lo mismo ocurre con los niños y niñas, que en muchos casos eran los encargados de ir a por agua. Ahora tienen más tiempo para jugar y hacer sus tareas.

La instalación de los sistemas de abastecimiento de agua ha permitido un ahorro económico importante a las familias. Antes del proyecto, un hogar se gastaba unos 1.500 pesos mensuales (25 euros), en comprar agua. Hoy en cambio el gasto es cero. Teniendo en cuenta que estamos hablando de familias de escasos recursos, con unos ingresos promedio de 200 euros, este ahorro supone un gran beneficio para la economía familiar.

El impacto en la salud también ha sido positivo. Han mejorado los hábitos de higiene, razón por la cual se han eliminado muchos de los problemas cutáneos y respiratorios que afectaban a los habitantes de la comunidad.

Las familias tienen su grifo dentro de la vivienda, y a medida que surge cada necesidad, (fregar, lavar, higienizar la vivienda, asearse, entre otros), tienen el acceso al agua de forma directa y rápida. Por ejemplo, las profesoras del centro educativo han notado como los niños y niñas ahora van a la escuela mucho más aseados todos los días.

Para mejorar el funcionamiento del suministro de agua se ha formado un comité de agua gestor, quien se encarga de dar seguimiento al sistema, velar por su buen estado y porque sus equipos no sean sustraídos por vándalos, reportar a la CAASD cualquier incidencia que surja y se encargan también de organizar a la comunidad en cuanto a la sectorización del agua  y su racionalización.

Esta gestión comunitaria del agua ha provocado la implicación de las personas para proteger este bien común, ejemplo de esto es el hecho de que en una ocasión en el barrio de La Mina un individuo sustrajo la bomba que hace funcionar el pozo de agua y fue la comunidad quien consiguió recuperarla para que siguiera funcionando. Este ejemplo demuestra que el trabajo en equipo y la implicación de la comunidad son indispensables para el éxito de un proyecto.

Los proyectos de potabilización de agua han incluido la instalación de 5 pozos con los cuales se ha mejorado la higienización y salud de la población de esta zona de República Dominicana.